12.03.2006


CHOLILA

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Cho – li – la Una palabra que me deleita pronunciarla, mi lengua se mueve como sábana tendida al sol. Genera enigmas, misterios, inventa historias. Desde el 1900 va y viene de Norte a Sur por un continente como si nada. Vestida de olor a pólvora recorre la Patagonia. Los gringos se rinden a sus pies. Nadie asegura conocerla. Algunos te dicen que la noche anterior, sin ir más lejos, iba en la grupa de la policía federal. Otros, que un tal Kid, al galope largo, la llevaba en ancas.


Cho – li – la. Palabra con sudor de caballo, aroma a gringo y escandalosa fama.

Recojo mi bolsa de dormir, aviso: me voy a Cholila, me despido y salgo del Hostel. En mi mochila, llevo todo lo que necesito. No más de lo que mi espalda puede soportar sin dolor (darse cuenta lleva la mayor parte la vida) Voy hacia El Hoyo, Puerto Patriada, Epuyén, El Maitén, Cho – li – la. Desde El Bolsón a Cholila nomás hay 75 Km. Nada para algunos. Un libro para otros. Cada lugar tiene historias para contarme.

Lo único que me inquieta es el tiempo. Dicen que en dos días llegan las interminables lluvias. Por el momento todo bien aunque tengo que apurarme. Me urge encontrar un empresario patagónico ávido de fortuna, una multinacional inteligente, un legítimo heredero de la Patagonia entera. O, un poderoso traficante de sueños con urgencias para blanquear. Cómo para qué. Qué pregunta. Para el arroz Yamaní. No será tarea fácil. Si ni siquiera saben que significa Yamaní. Y los que saben, saben más de quedarse quietos por horas que de andar de aquí a más allá. Como yo.

De todos modos hay que pedir.

(estoy pidiendo)

Ya está. Ya lo pedí. Lo demás es simple. Le dejo este libro fresquito sobre su escritorio como muestra gratis. Le pido financiamiento para el arroz yamaní, alimento base de mi viaje y un inflador para XR. (Del resto me ocupo yo, me llevo de maravillas con los perros de las tranqueras) Y una tiradita de 30.000 ejemplares, para comenzar. Por qué mucho. No ves el negocio. ¿Quién se resistirá a un libro que, de arranque nomás, cuenta con 30.000 lectores a su favor? Nadie.

Llegaré a Cholila. Butch Cassidy, me espera en su legendaria casa con el fuego encendido y un trago de aguardiente. Lo sé. Anushka muere por él y Annette ya aprendió a decir I love you, darling. I need you. ..

Butch Cassidy

(Ojalá no huyas sin mí)


Si una noche con un chileno del sur del Sur en un Refugio de montaña dio para 7 capítulos... con este famoso legendario... cerremos en 75.000 en dos ediciones y no se habla más.
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"...hay viajes que son como la vida misma.
La vida se siente cuando se la enfrenta al absurdo,
cuando se pone el pie en la huella del diablo.
Solo entonces se la palpa"

Rodolfo Kush


Me siento a la orilla de un camino de montaña a descansar, junto a XR y mi mochila. Llegaré a Cholila. Lo sé. Solo me detengo para darle a un instante la forma pretenciosa de un libro.

Mi vida se divide en un antes y un después de Ana Yalour”, suele decir en broma Hernán Mántaras, aquel imprentero recién llegadito a Las Grutas, ávido de fortuna que, cuando me presenté frente a su mostrador y le dije que quería editar un libro, peló lápiz de la oreja y tomando block para la sumatoria final, preguntó -¿Cuántos? y yo le dije -Uno. ¿Uno? -Sí. Uno.
Pues, que este hombre me enseñó a armar ese primer libro y soportó cada una de mis delirios de turno.
El lo dice en broma. Yo digo lo mismo, en serio.
Y escribo para poder sobrevivirme.

Un viaje, unos relatos, hojas de otoño. Un libro.
El pie en la huella del diablo.
Pito catalán a la nada.



Las Grutas
Octubre 2006/
Enero 2007