12.26.2006


FOR EXPORT

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La feria de artesanos del El Bolsón es una de las más importantes del Sur, por el turismo que convoca, por la originalidad y diversidad de los productos que ofrece y por la cantidad de puestos que congrega la extensa Plaza Pagano los días martes, jueves y sábados durante todo el año.

Plaza Pagano - El Bolsón



–Pero que requetebueno, volver a recorrer la feria después de tantos años, a disfrutar la vista del Piltri –digo a mis dos compañeros de viaje poco antes de llegar.
–Decís Piltri porque no te sale Piltriquitrón –me pelea mi amigo. Un artesano, a su manera, de Bariloche que se ofreció a traernos.
–¿Por qué no? Sí. Me sale.
–A ver... decílo... –y sonríe el muy maldito.
–Piltiquicrón. Pilquiquitrón. Piltritritón. La lengua se me queda empantanada detrás de los dientes. Cómo goza el desgraciado.
–A ver, Mamita, yo te enseño.. . Sepáralo en dos: Piltri por un lado y Quitrón, Quitrón, Quitrón, por el otro. Ahora repetí Piltri Quitrón. Piltri Quitrón. Piltri Quitrón. Luego, unís. Piltriquitrón. Piltriquitrón. Así de fácil.
Ensayo en voz baja, mirando para otro lado. Luego lo digo: Piltriquitrón. Me sale re bonito. ¡Piltriquitrón! Gracias Papito.

Valle de El Bolsón desde Cabeza del Indio
Foto: Patagonia.com.ar


–¿Hace mucho que no vienen a la Feria?
Le comento que Cecilia no la conoce y yo por lo menos 10 años. –Por qué che... –digo mirando el otoño en las montañas.
–Porque la Feria tiene ahora, algo que no me banco.
–¿Qué cosa?
–Como explicarte... no me banco el look de algunos que veo en los puestos.
–¿Qué look?
–A ver... cómo decirte... a dejadez, a roña. Eso. Look a roña.
–Si serás tarado... –lo miro feo. –¿Porqué decís eso?
–Porque utilizan su aspecto personal como un emblema para hacerles creer a otros que así están fuera del sistema.
–¿Y qué con eso?
–Si estás fuera del sistema, lo estás y punto. pero la caretean. Hace 25 años que vengo a la feria, trabajo con la gente de El Bolsón. Conozco sus casas, sus familias. Sus apellidos. Sus historias Sé de qué hablo. Créeme.

Y sigue:
–Hippies eran los que llegaron con su rebeldía como equipaje y una filosofía privada como emblema. Venían buscando un estilo de vida diferente. Vestían y hacían diferente, porque pensaban diferente. Los locos eran coherentes y no indispensablemente sucios. Se ganaban el mango vendiendo lo que producían. Se fumaban, o no, lo que también producían. Y tómalo como quieras. Quedan hippies todavía. Yo los conozco y a esos los respeto. Pero no me pidas que se la crea a muchos que veo ahora. Te inventan el personaje. Los ves con los pibes tan roñosos como ellos. Y eso es lo que no entiendo.
–Bueno, che pero tienen derecho a rebelarse como quieran, tal vez vengan escapando, también, de un sistema que no les va –agrego.
–¿Por qué asocian la imagen de artesano, artesano de la feria, a la dejadez, al qué me importa for export? ¿Eh? Decíme... ¿Por qué?
–Y porqué no... –pero me interrumpe.
–¿Y sabés que es lo peor?
–¿Qué? –suspiré
–En verdad reciben guita de los viejos. Los bancan los viejos. Lo que ganan en los puestos no les alcanza porque, obviamente, no es su estilo de vida. La juegan de artesanos.
–A lo mejor los viejos ayudan para que encuentren su ruta ¿No?
–Puede ser. Como sea es un asunto que no me cierra –terminó.

No comento nada. Debe saber de qué habla. Y porqué lo dice. Me quedo pensando en un comentario que escuché cuando nos despedían en la estación del tren. ¿Tu madre?... –o sea, yo-, ella lo va a pasar bomba, es el estilo de vida que le gusta. Y lo dijo convencido.

Me pregunto... ¿Qué diablos quiso decir? Me pensará como una vieja hippie. ¿O tendré un logrado aspecto a dejadez, a roña for export?